15.6.10

Acerca de un estudio no científicamente corroborado sobre el bostezo

Tras largos estudios e investigaciones exhaustivas acerca del bostezo (para aquel que desconozca a que me refiero, tenga la deferencia de buscarlo en un diccionario, ya que no es materia de este trabajo definir su objeto de estudio), he llegado a la conclusión de que dicho proceso puede ser diferenciado entre dos tipos, los cuales pasaré a descibir a continuación.

En primer lugar existe el bostezo común, que, como su nombre indica, es el más comúnmente observado en la gente. Entre sus características pueden encontrarse como principal el hecho de que, si bien parece incontrolable, no lo es en absoluto; se trata en cambio sólo de una especie de impulso, un incentivo que no termina por sí mismo lo que empieza, sino que es el individuo el que tiene que, inconcientemente voluntario, buscar completar el bostezo. A veces puede llegar a estresar los músculos que rodean la mandíbula, dejando una sensación rara, incómoda, queriendo llevar el bostezo un poco más allá. Tal vez sea ese mismo su propósito, inducir al bostezador a irse a dormir.

Sin embargo, he comprobado por propia experiencia la existencia de otro tipo de bostezo, al que he dado en llamar `tipo perfecto´. Este tipo es difícil de imaginar si nunca se lo ha tenido, y sólo aquel que lo siente puede diferenciarlo del primero. Su característica fundamental, y creo que aquí radica la principal diferencia entre ambos bostezos, es que este es realmente incontrolable; una vez que comienza, el cuerpo se encarga automáticamente de completarlo, por lo que también podríamos catalogarlo como bostezo físico, en contraposición al bostezo psicológico. Así, no sólo se presenta el inicio del ciclo, la inhalación exagerada, sino que también la exhalación. Otra característica observable en este tipo perfecto es que necesita tanto oxígeno que lleva a abrir la boca del individuo a un punto máximo, llegando incluso a producir la sensación de microdesgarros. Sin embargo, este tipo de bostezo no es perfecto arbitrariamente, sino que fue definido de tal manera por equivaler en sí mismo a varias horas de sueño y producir una de las sensaciones más agradables, como la que puede tenerse tras una siesta en verano; tanto así que después de experimentar uno es practicamente inevitable sonreir de relajación (probablemente el alto nivel de O2 ingerido tenga algo que ver en este efecto sedativo; no he avanzado tanto en mis estudios).

Tras extensas experimentaciones, muchas de ellas fallidas, creo haber encontrado la manera más factible de provocar un bostezo perfecto a voluntad, algo nunca antes logrado. Al experimentar un bostezo común o normal, evitar concientemente exhalar el aire inspirado, guardando el O2 adentro del cuerpo. Inmediatamente después el cuerpo debería intentar compensar esta anomalía, forzando un nuevo bostezo, aunque esta vez un bostezo físico o involuntario. Por supuesto que esto sólo se comprobó haberme funcionado a mí, y está la posibilidad de que esta condición sea diferente en cada persona.


Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα

No comments: